Muestra excepcional que reúne más de doscientas creaciones -entre ejemplos de “sumi-e”, “ukiyo-e” y “shunga” y dibujos de la escuela Shijô- realizadas o adquiridas a lo largo de su vida por el maestro Massao Okinaka, nacido en Kioto, pero establecido en Brasil, donde desarrolló casi toda su producción.

Ésta es una ocasión única para sumergirse en el refinado y subyugante universo de la pintura zen y de las “estampas del mundo flotante”, y una oportunidad de oro para poder contemplar algunas de las xilografías más excelsas de Hiroshige Andô, Kunisada Utagawa o Yoshitoshi Tsukioka, entre otros reputados grabadores japoneses.
(Fuente: Eikyo - Influencias japonesas)

“Mirar aquello visible e invisible” de Massao Okinaka
Del 10 de noviembre de 2016 al 3 de febrero de 2017
Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM)
Quevedo, 10 y Guillem de Castro, 8 | 46001, Valencia

Sobre la exposición:
La exposición Massao Okinaka. Mirar lo visible y lo invisible, que el MuVIM acogerá hasta el próximo mes de febrero de 2017, es una de las muestras más excepcionales de arte japonés hechas en España en general y en Valencia en particular. Excepcional por la calidad incuestionable de sus obras, pero también por la ingente cantidad de objetos exhibidos –más de doscientos–, entre xilografías del siglo XIX incluidas dentro del género conocido como ukiyo-e (“estampas del mundo flotante”); dibujos en blanco y negro y en color de la fauna y la flora niponas que siguen el estilo de la escuela Shijô (Shijô-ha) de Kioto; aguadas con tinta china (sumi-e) derivadas del budismo zen; ilustraciones eróticas o “de primavera” (shun-ga) sobre fino hilo de seda; álbumes de pintura con diversas representaciones; estudios precisos de elementos naturales; y herramientas y materiales tales como pinceles variados, figuras ricamente labradas sobre las que poder colocarlos temporalmente cuando no se estén usando, barras de tinta negra de carbón, piedras para frotar éstas y diluirlas en agua, y muchos otros utensilios pertenecientes al taller del propio Massao Okinaka, el artista homenajeado en estas salas, nacido en Kioto, pero establecido en Brasil, donde desarrolló casi toda su producción.

La exposición que nos ocupa reúne así un conjunto representativo no sólo de los trabajos de este reputado maestro –las imágenes botánicas y zoológicas o los ejemplos de sumi-e, verbigracia–, sino también de sus fondos personales –los grabados del ukiyo-e adquiridos a lo largo de su vida–, heredados por su hijo Roberto Kunihiko, comisario de la muestra. Y es precisamente el hecho de encontrarnos ante una colección privada que abre ahora sus puertas al público lo que hace de ésta una ocasión única, además de para sumergirnos en el refinado y subyugante universo del arte plástico nipón de finales del período Edo (1603-1868) y comienzos del período Meiji (1868-1912), para poder contemplar por primera –y quizá también por última– vez algunas de las creaciones más excelsas de Kunisada Utagawa, Kunichika Toyohara o Yoshitoshi Tsukioka, entre otros famosos autores japoneses.
Como digno complemento a esta magna exposición, el MuVIM ha editado un catálogo con las reproducciones de todas las obras exhibidas y con una serie de textos que ayudarán al lector a comprender el contexto en el que fueron creadas y la profunda filosofía que subyace tras ellas.
(Fuente: Raúl Fortes Guerrero. Profesor de lengua y cultura japonesa.)